lunes, 3 de mayo de 2010

Castillos de Pastillas


 
Según la Real Academia de la Lengua española, una empresa es una unidad de organización dedicada a actividades industriales, mercantiles o de prestación de servicios, con fines lucrativos; y es precisamente eso: los fines lucrativos los que hacen que las empresas avancen. Pero, ¿a costa de qué?

Hoy en día, una parte de ese gran tumulto de empresas que existen, son las empresas farmacéuticas, que se dedican a crear y distribuir productos farmacéuticos; entre ellos medicinas. Y como toda empresa con fines lucrativos, éstas también buscan ampliar sus horizontes obteniendo ganancias de sus productos (y no quieren precisamente ganancias del 5%). Teniendo en cuenta que muchos de esos productos son medicinas, y que se fabrican los productos para obtener ganancias económicas y crecer económicamente hablando, me pregunto: ¿cuál es la finalidad de realizar y distribuir medicinas? ¿Acaso será realmente ayudar a las personas para sanar sus enfermedades? ¿O será únicamente para obtener ganancias? Puede ser que sean empresas que quieran ayudar a las personas, pero siempre obteniendo ganancias, y de ser así, ¿cuál es la prioridad entonces de las empresas? ¿Ayudar, o ganar?

Y es que existen casos en los que las empresas buscan solamente obtener ganancias, no importando si ayudan o no a las personas. Y cuando se trata de “gastar” esas ganancias que “tanto les ha costado obtener”, (pobrecitos ellos) para ayudar a personas que en realidad necesitan esas medicinas, no para sanar heridas, no para aliviar dolores de cabeza, si no para PODER SEGUIR VIVIENDO, se hacen para atrás. Tal es el caso de la enfermedad del sueño en el África. Ellos no sólo tienen el problema de esta enfermedad, si no que se enferman solamente las personas de escasos recursos que no pueden costearse un tratamiento completo contra la enfermedad. Y como no pueden costear un tratamiento, y el hospital está muy lejos, y no hay medios de trasporte (y si hay tampoco los pueden pagar), finalmente mueren. ¿Y qué sucede con la empresa farmacéutica que crea la medicina?
Bueno, como sucede con la mayoría de empresas, (y no me atrevo a decir que todas sólo porque todavía tengo un poco de fe en que no son todas así) buscan únicamente hacer dinero. Y ¿Qué pasaría si se produce un producto destinado a personas que no pueden pagarlo? Evidentemente, si no tienen el dinero suficiente, pues no lo comprarían. Podría existir la posibilidad de hacer un contrato con el gobierno de ese país y el ministerio de salud, pero como a veces se pierde “un poquito” de dinero en el presupuesto nacional, o se compran artículos de oficina por cantidades exageradas de dinero, o se invierten varios milloncitos en construir una carretera de polvo, el país no tiene dinero para comprar medicinas a una empresa privada… Pero eso es harina de otro costal. En fin, volviendo a las empresas, éstas simple y sencillamente dicen “no”. Le dicen no a una madre de varios hijos que ha sido infectada por la enfermedad. Le dicen que no a esa madre que toda su vida ha estado trabajando para poder seguir adelante. Le dicen no a esos niños que pronto quedarán huérfanos y con menos oportunidades para superarse. Simple y sencillamente le dicen NO a la vida.

No se investiga nada sobre la enfermedad, ni sobre medicamentos que pueden causar mejores efectos porque no brinda beneficios dicen ellos. Luego yo me pregunto, ¿Qué más beneficio que alguien siga viviendo?

A nadie le preocupa la salud de esas personas de escasos recursos, pues no poseen los medios económicos para poder adquirir las medicinas. No les importan porque no significan ganancias. No les importan porque significan pérdidas. Hay quienes dicen que los pobres no se ven. Yo pienso que no es que no se miren, si no que es que no los quieren ver…
¿Qué se necesita para quitar la venda de los ojos, que opaca a la pobreza?

Este problema va más allá de la enfermedad del sueño. Creo que es un problema mundial, en el cual, hasta cierto punto, se lucra con la vida de las personas. No estoy en contra de que se vendan los medicamentos. No, pues estas empresas también brindan trabajo a muchas personas que viven de ello, pero creo que en casos extremos, las empresas deberían de trabajar para encontrar soluciones a este tipo de problemas que se dan diariamente.

Es que no sé cómo los que están hasta arriba de las empresas siguen en su rutina, viviendo en esos castillos creados por las mismas pastillas. No entiendo cómo ellos pueden vivir tranquilos, sabiendo que otras personas, que son seres humanos al igual que ellos, se están muriendo mientras ellos duermen, mientas están sentados en sus oficinas de 5 x 10 con aire acondicionado, solamente por no tener dinero para comprar medicinas, solamente porque las empresas no se dignan a verlos, solamente porque la lógica de los negocios y el dinero dice que no.

Otro ejemplo muy claro es la enfermedad de chagas. Causada por una chinche, tiene algo en común con la enfermedad del sueño: Las personas que se enferman, son las personas de escasos recursos. Y por ello, sucede exactamente lo mismo. Como ayudar a estas personas significa una pérdida para la empresa, los empresarios no se dignan a invertir en la vida de las personas.

¿Pero qué sucede si se trata de crear y vender “medicinas” que adelgazan, o productos cosméticos como el Botox, productos innecesarios para el desarrollo pleno de la vida? Como es de esperarse, al ser lanzados para otras clases sociales, donde las personas sí pueden pagarlos, sí los fabrican. Sí los distribuyen. Es más, si vos querés, y pagás un poquito más por supuesto, te lo llevan a la puerta de tu casa.

No. No cabe en mi cabeza que en este momento estén esperando en línea aproximadamente 1 800 “medicamentos” para adelgazar, para poder ser registrados, mientras que el medicamento contra la enfermedad del chagas no se produzca en algunos países, o se produzca en cantidades mínimas.

Creo, y siento que sí hay una solución para este problema, que está afectando a muchos seres humanos. Solamente se necesita una mejor administración de los recursos económicos y un poquito de humanidad por parte de las empresas para que se solucione. Hay un espacio para todo.

Mientras tanto, me sigo preguntando… 

¿Hasta cuando se dejará de negociar con vidas humanas?




J. S.
Mayo 2010